La Villalectora de Villanúa viaja a Valencia
“Desde los pueblos se pueden hacer acciones que sean ejemplo para las ciudades”
Villanúa y sus historias de éxito han llegado este mes a Valencia, a las VI Jornadas Valencianas de Documentación, que han tenido como temas principales la innovación, el compromiso y las maneras de abordar el futuro de los espacios bibliotecarios. Miriam Julián, bibliotecaria en la Biblioteca Municipal de Villanúa, ha sido invitada para hablar de como se ha amoldado la pequeña biblioteca que gestiona a la pandemia y también sobre dos importantes proyectos que han unido lectores de distintos países.
¿Cuál es el propósito de estas jornadas?
Son unas jornadas que se organizan anualmente y que tratan de crear un espacio de reflexión, de formación y de actualización en el mundo del bibliotecario como de los archiveros. Llevaba ya meses nerviosa pensando que en el mes de octubre tenia que ir.
Villanúa como ejemplo…
Me ha hecho mucha ilusión que cuenten con una biblioteca tan pequeña y sobre todo que desde el colegio de bibliotecarios piensen en el mundo rural también como modelos para conocer. Al final allí había representantes de bibliotecas de 30.000 o 50.000 habitantes, bibliotecas de Valencia, de Barcelona. La realidad de la biblioteca de Villanúa era súper diferente a lo que había allí, pero claro, a pequeña escala estamos haciendo proyectos muy interesantes.
¿Cuál fue tu aportación en las jornadas?
Querían sobre todo que hablase de cómo nos hemos adaptado a la pandemia, cómo hemos innovado y sobre todo contar sobre el proyecto de la Odisea de 2021 y de Hamlet de 2022. Han sido proyectos con bastante repercusión y de hecho se están poniendo como ejemplo en las universidades, de cómo se puede dinamizar el mundo digital, en este caso el no espacio, porque se trata de que las bibliotecas pueden conquistar en no espacio, que es el internet. Un espacio que no existe, pero de alguna manera sí que existe. Hemos conectado la comunidad de lectores de Villanúa con otra comunidad de lectores que no tiene nada que ver con nuestra localidad. Había gente de Chile, de Argentina, de Bolivia. La biblioteca sirve para traspasar esas fronteras.
¿Por qué han sido tan especiales Odisea y Hamlet entre tantos grandes proyectos?
La Odisea 2021 y Hamlet 2022 son dos proyectos de Animación a la Lectura a través de Internet. Fueron creados en tiempos de COVID19 con el objetivo de seguir llegando a los usuarios de la biblioteca, expandir fronteras y acompañar en la lectura. Durante los meses de febrero (2021 y 2022) a través de grupos de Facebook con el mismo nombre (@La Odisea 2021 y @Hamlet 2022) se lanzó el reto de leer cada día un canto o una escena (en el caso de Hamlet) y comentarlo. De esta manera, cada día leíamos un fragmento, cada uno en su casa y a su ritmo, y desde la biblioteca dinamizábamos el debate, resolvíamos dudas o añadíamos material complementario. La Odisea 2021, que nos pilló con medidas muy restringidas todavía, fue un éxito debido a la escasez de movilidad y de actividades socioculturales. Participaron 224 personas de 8 países diferentes (gente de Villanúa, Jaca, Sabiñánigo, Zaragoza, Madrid, Valencia… pero también Chile, México, Argentina, Ecuador…). Durante estos meses se leyeron y analizaron las obras casi palabra por palabra.
Ahora estamos pensando en lo que leeremos en febrero de 2023, ya que los participantes están dispuestos a embarcarse en una nueva aventura de este tipo, una lectura guiada de un clásico día a día, capítulo a capítulo desde el sofá de tu casa. Es una manera de adentrarse en los clásicos, que hay muchas personas deseando leerlos, pero con miedo por no saber cómo afrontar la lectura.
¿Te has nutrido en Valencia?
Se ha hablado mucho de innovación y de herramientas para innovar y al final ese intercambio de información con otros profesionales del sector te invita también a reflexionar sobre lo que estás haciendo bien y lo que estás haciendo mal y establecer puntos para seguir creciendo y seguir mejorando servicios, trabajar mucho en acercar la información al usuario.
¿Has visitado alguna biblioteca de gran ciudad?
No me ha dado tiempo. He visitado el Jardín Botánico de la Universidad y para mí ha sido un poco el refugio. Me ha encantado la experiencia de Valencia, pero he estado un poco saturada de calles y de ruido. Y al final allí, en el Jardín Botánico, se aprende mucho, los libros provienen de los árboles y los árboles tienen mucho que enseñar.
¿Tenías ganas de volver a tu micro biblioteca?
Si, soy muy feliz aquí. Las grandes ciudades tienen otro ritmo y echaba de menos las montañas y a los usuarios. Por cierto, el primer día que abrí la biblioteca, entro un montón de gente diciendo “Por fin está abierta la biblioteca”.
¿Se puede decir que hemos vuelto al orden de antes de la pandemia?
Si, por fin podemos decir que las cosas están prácticamente como antes. Ha costado con todas las actualizaciones de protocolo, pero estamos bien. Es más subido el número de socios y el número de préstamos. Este verano hemos contabilizado 2.000 préstamos. Récord histórico. Somos la Villalectora.
La Biblioteca de Villanúa ha recibido muchos reconocimientos. Pienso sobre todo en el premio Maria Moliner que llega aquí todos los años.
Desde la apertura hemos recibido el premio todos los años, menos el año más complicado de la pandemia que no hubo concurso. Hace poco recibimos también una subvención de la Union Europea para apoyar a las librerías por la crisis del sector del libro. Esto se traduce en muchas novedades para nuestros usuarios.
¿Qué grandes propósitos tienes para los siguientes meses?
A corto plazo la intención es retomar las actividades de la Casa de los cuentos con Soraya de Unpuntocurioso, porque nos gusta trabajar con gente cercana, de la zona. Luego empezar a trabajar con la agenda de las navidades. A largo plazo queremos trabajar los objetivos de desarrollo sostenible desde de la biblioteca. Por eso se ha hecho el proyecto de los boliches que ha unido lectura y el proyecto eco social Cielos de Ascara. Quiero trabajar el tema del agua, de bosques. Y también seguir con el tema de igualdad. A la vez trabajaremos con María Béjar, doctora en Ciencias Ambientales, y su proyecto Cultura de Montaña Km 0 y residuos cero.
La biblioteca de Villanúa abrió sus puertas en 2015. En tan solo 90 metros cuadrados co habitan más de 6.000 títulos. El pueblo tiene alrededor 500 personas censadas y 1.520 socios. Es el ejemplo obvio de que “desde los pueblos se pueden hacer acciones que sean ejemplo para las ciudades, que parece que la innovación esta en las ciudades, pero se está dando la vuelta y la innovación está naciendo también desde los pueblos”. Los pueblos carecen de recursos, materiales o personales, pero cuando desde la Biblioteca de Villanúa demuestran que las ganas se pueden materializar grandes propósitos.
.