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Federico Fillat: «Estoy contento por el premio, pero hay mucha gente detrás con la que he colaborado»

«Estoy contento porque es un  galardón personal, pero hay mucha gente detrás con la que he colaborado: la Universidad de Zaragoza, la politécnica de Huesca, la escuela de Lérida, las formaciones profesionales Monte Aragón y el IFA de Jaca». Así se muestra el investigador Federico Fillat, tras haber ganado el XXIV premio Félix de Azara, que otorga la Diputación Provincial de Huesca. Se lo ha otorgado por su importante labor de investigación, difusión y preservación del conocimiento sobre el paisaje y ganadería del Pirineo aragonés.

Fillat explica que su labor en el campo de la investigación comenzó con una tesis doctoral, en la que comparaba los valles de Ansó, Hecho y Benasque. La idea era ver “por qué eran distintos”. Poco a poco fue viendo que cada uno de ellos tenía influencias de un lado, en general del Este, y pocas del oeste. Las características espaciales de los 3 valles eran claramente distintas, por lo tanto, el valle Ansó quedaba como valle fluvial, difícil de  explotar el fondo del valle porque era muy estrecho, Hecho tenía un fondo de valle amplio y Benasque más.

Ganado en los valles

“Cuando llegó la moda de hacer prados para alimentar los animales en invierno, Benasque tuvo mas ventajas que Hecho, y Hecho más que Ansó, con lo cual, los de ansotanos siguieron trashumando durante años, como aún hacen ahora, los chesos también con las ovejas e introdujeron vacas, y los de Benasque dejaron en los años 70 de trashumar y se dedicaron a la cría de vacuna estabulado y mulas”.

También desarrolló proyectos europeos, lo que le llevó a Touluse, Holanda, Bélgica, “y con los austriacos hemos estado 20 años haciendo comparaciones entre el Tirol de Escocia y el valle del Ebro”, explica. Igualmente, se atrevió con los Alpes.

Recuperación de especies autóctonas

Desde el inicio de su actividad profesional, este aragonés de adopción ha apostado por la recuperación de especies autóctonas, aunque como asegura “en ganadería menos”. Pero siempre «he intentado orientar a los que conocía, tanto del Valle de San Juan de Plan como en el de Broto». En este último valle, durante la temporada de las ‘vacas locas’, “se dedicaron a producir la ternera del Valle de Broto y colaboramos con la asociación ganadera, viendo el crecimiento de vacas cruzadas de parda alpina y otras del país, para conseguir vender la ternera en el momento más duro de la crisis de las vacas locas”, recuerda. Y funcionó muy bien.

En San Juan de Plan, cuando acudieron a estudiar los prados, de 1980 a 1984, descubrieron que aún había centeno cultivado “como antes”, es decir, con una mecanización muy somera. Se les ocurrió intentar reproducirlo, algo que les costó, porque en 4 años prácticamente nadie tenía simiente. Consiguieron que les dieran 60 gramos y con eso fueron iniciando la recuperación. La idea era que ese centeno se utilizara para hacer tejados de paja, como antiguamente, pero en Santa Cruz de la Serós, por ejemplo, hay varios agricultores tienen en la actualidad varias decenas de hectáreas sembradas.

Centeno

Y en la actualidad intentan registrar la variedad de centeno en el Ayuntamiento de San Juan de Plan, con el que también quieren poner en marcha una escuela de pastores, “para que tengan un título de formación profesional reglada”. Estas cuestiones “es lo último en lo que he estado metido”.

Federico Fillat está ya jubilado, pero tal y como reconoce, «sigo haciendo cosas». La jubilación «es algo administrativo», bromea el investigador cuyo trabajo ha estado siempre ligado al Instituto Pirenaico de Ecología de Jaca (dependiente del CSIC).

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