El grupo de Aragoneses en Jaca propone continuar investigando el patrimonio oculto de San Juan de la Peña

El grupo de Aragoneses en Jaca tiene previsto presentar una propuesta en el próximo pleno. En dicha propuesta, solicitan al Gobierno de Aragón que realice más investigaciones y excavaciones en el Monasterio de San Juan de la Peña. Según Lucía Guillén, portavoz del partido, aunque el monasterio se encuentra en buenas condiciones, han sido pocas las iniciativas y prospecciones llevadas a cabo hasta ahora.

Todo hace indicar que existe una gran parte del Monasterio de San Juan de la Peña todavía por descubrir bajo la carretera y la zona natural extendida a los pies del monasterio.

Por su valor patrimonial e histórico, y el simbolismo que supone San Juan de la Peña como cuna del Reino de Aragón, «sería conveniente el estudio, mediante técnicas de reconocimiento subterráneo, o mediante los métodos que se consideren más oportunos, para descubrir la magnitud real del edificio», señalan desde el grupo político de Aragoneses.

Más patrimonio oculto

Historiadores reconocidos y expertos, especializados en el nacimiento del Reino de Aragón y, por ende, en el Monasterio de San Juan de la Peña, afirman con rotundidad que existe un Monasterio Viejo de mayor envergadura que la edificación actualmente conocida.

José Luis Solano, quien fuera guarda del monasterio y lo conoce a fondo, ha explicado las intervenciones realizadas en las últimas cuatro décadas. Durante los años 80, en la última intervención en el monasterio, se llevó a cabo una excavación arqueológica dirigida por Carlos Escó, en la que se localizaron dos estructuras constructivas anteriores al siglo XII. Además, se excavó la necrópolis medieval, bajo la dirección de Ignacio Lorenzo, donde se encontraron los restos de los tres primeros reyes de Aragón, así como los de mujeres e infantes.

En 1987, se descubrió una “trompa” de 2,3 metros al nivel de la carretera. Aunque se profundizó hasta 4,5 metros, no se localizó el suelo de esa habitación. Sin embargo, con total seguridad se puede afirmar que si existe una “trompa”, debe haber otras tres y un sistema de escaleras.

Dado que los monasterios benedictinos de la época solían tener dependencias de gran magnitud, y considerando la relevancia del Monasterio de San Juan de la Peña, es lógico pensar que aún no se han identificado espacios como el refectorio, los dormitorios, la enfermería, la hospedería, la limosnería, el escritorio, el archivo, la biblioteca, la fuente del claustro y la posible cocina del abad.

Por todo ello, el grupo municipal Aragoneses Plataforma Aragonesista, insta al Gobierno de Aragón a que investigue, desde el punto de vista arqueológico, el entorno de San Juan de la Peña, lugar emblemático de Aragón y referente turístico del municipio de Jaca, utilizando para ello los métodos que considere más adecuados y oportunos.

Origen del Reino de Aragón

El Monasterio de San Juan de la Peña es uno de los monumentos cuyos muros fueron testigo de los orígenes del Reino de Aragón. Se rodea de un halo de leyenda potenciado por su recóndita ubicación en un paraje entre rocas, en el Alto Aragón. Fue centro del poder religioso y político durante los siglos XI y XII. Así, acoge en su interior la sepultura de grandes reyes aragoneses y pamploneses como Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I. Se convirtió en lugar de peregrinaje en la vía francesa del Camino de Santiago.

Este monasterio es una interesante construcción que aglutina diversos estilos artísticos, ubicado bajo una gran peña, de la que toma el nombre en el siglo XI. Presenta varias estancias superpuestas construidas en diferentes épocas entre las que destacan la iglesia prerrománica o iglesia baja, el panteón de nobles, la iglesia alta y su claustro románico, el panteón real neoclásico y la capilla de San Victorián, de estilo gótico tardío.

Como importante centro religioso que fue durante la Edad Media, el monasterio de San Juan de la Peña custodió grandes obras de arte, unas perdidas, otras expoliadas, que ya no se conservan. Entre ellas hay que destacar piezas como las reliquias de San Indalecio, llevadas a Jaca en el siglo XIX. Pero sobre todo un cáliz traído a Huesca por San Lorenzo, que ahora permanece en la catedral de Valencia y que fue considerado durante siglos el Santo Grial.

En 1889 obtuvo el título de Monumento Nacional y en 1920 se declaró Sitio Nacional por el rey Alfonso XIII. El Gobierno de Aragón completó su declaración como Bien de Interés Cultural con la protección del conjunto monástico y su entorno el 2 de febrero de 2004.