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La presencia del urogallo es ya casi testimonial en la Jacetania y nula en el Alto Gállego

Una investigación llevada a cabo por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) junto a otras instituciones ha revelado que el urogallo pirenaico (Tetrao urogallus aquitanicus) ha desaparecido en, aproximadamente, el 40% de las áreas del Pirineo aragonés en las que se tenía constancia de su presencia.

Son datos de un estudio coordinado desde el Gobierno de Aragón en colaboración con
el Instituto Pirenaico de Ecología, en un esfuerzo conjunto con SARGA, Agentes de Protección de la Naturaleza, la Fundación Quebrantahuesos y la Fundación Artemisan.
Estos actores aunaron fuerzas en 2021 para intentar estimar el número y la ubicación de los urogallos del Pirineo oscense, una subespecie, la aquitanicus, que está cerca de ser declarada en peligro de extinción en España.

47 cantaderos

Los investigadores determinaron aquellos lugares donde se tenía constancia de la existencia actual o pasada, constante o anecdótica, de machos de urogallo durante el celo. De este modo, se visitaron un total de 47 áreas o cantaderos (lugares donde cantan algunas aves en celo, especialmente el urogallo) y se realizaron transectos (camino a pie) en los que se determinó la presencia o ausencia del urogallo en dos ocasiones, separadas por 15 días en el tiempo. De esos 47 cantaderos, en 18 no se detectaron indicios de esta especie. Es decir, en aproximadamente un
40% de los cantaderos el urogallo ha desaparecido.

Según indican los investigadores, esta desaparición ha tenido lugar especialmente en la zona occidental del Pirineo aragonés, donde las presencias de urogallo son ya casi testimoniales en la comarca de la Jacetania y nulas en el Alto Gállego desde el siglo pasado.

Áreas favorables

A través de modelos estadísticos, se pudo determinar que las áreas con una mayor proporción de coníferas, alimento (arándano y rododendro) y menor proporción de pastos son fundamentales para favorecer la presencia de urogallo. Además, los científicos observaron cómo una mayor humedad relativa o temperaturas mínimas extremas (muy altas o muy bajas) son desfavorables para la presencia del urogallo en el Pirineo oscense.

Al mismo tiempo que se determinó dónde continuaba presente el urogallo pirenaico en Huesca a través de transectos, se recogieron un total de 1.084 muestras de heces. Estas permitirán identificar individuos en cada una de las zonas mediante la realización de análisis genéticos en colaboración con el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Así, se podrá obtener algo similar a un ‘DNI genético’ de las muestras recogidas que, tras su análisis estadístico y en laboratorio, permitirá a los investigadores estimar la abundancia de urogallos en las zonas muestreadas, así
como esclarecer los lugares de máxima abundancia.

Una especie al borde del peligro de extinción

El urogallo pirenaico es una especie perteneciente a la familia de los tetraónidos y se extiende desde el Pirineo a gran parte de las masas boscosas mejor conservadas de Europa. Según explica Jesús Martínez Padilla, investigador ARAID en el Instituto Pirenaico de Ecología que ha participado en este estudio, el urogallo “podría considerarse como un indicador de la calidad de los bosques en los que
habita”, ya que se encuentra en áreas boscosas muy bien conservadas y maduras, de bosques con árboles de un gran porte y con abundancia de sotobosque que aporte alimento y refugio a lo largo del año.

Sin embargo, las alteraciones del hábitat, la presión cinegética sobre el urogallo (prohibida desde hace décadas, pero ejercida con anterioridad), las molestias por actividades humanas y, probablemente, los efectos del cambio climático han llevado a que esta ave se encuentre en un estado de conservación muy precario y que se declare en breve como especie en peligro de extinción a nivel estatal.

Situación precaria

Los datos del estudio muestran que en Aragón el urogallo también sufre una situación precaria, con una distribución que se localiza fundamentalmente en el área oriental del Pirineo, en las comarcas de la Ribagorza y Sobrarbe, pero con una presencia parcheada e intermitente en el tiempo en el resto de comarcas. En este sentido, los investigadores aseguran que las prioridades de conservación del urogallo dependen de una caracterización lo más ajustada posible de su distribución actual para
poder establecer las áreas de actuación concretas.

Además, “para preservar la especie es fundamental saber no solo dónde están los individuos, sino cuántos existen”. Esta información “es vital para poder conocer si el número de individuos existentes en las zonas son suficientes para poder determinar si las poblaciones son viables”, afirma Martínez.

El investigador destaca el esfuerzo conjunto que ha supuesto este trabajo, ya que se trata de “una colaboración necesaria para la conservación del urogallo que sería inabordable por una única entidad”. Las actuaciones de conservación que se realicen en el Pirineo oscense “sin duda serán fundamentales para asegurar la presencia de esta magnífica especie en nuestros bosques”, concluye.

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