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Búbal celebra el 40 aniversario de su reconstrucción con un encuentro mágico y lleno de recuerdos

Las ruinas de un pueblo abandonado por la construcción de un pantano en 1971 han dado lugar a un enclave educativo que acerca a los estudiantes al mundo rural y al medio ambiente. Casi completamente rehabilitado, Búbal ha tenido durante los últimos 40 años más de 50.000 habitantes: estudiantes y profesores llegados de todos los rincones de España.

Búbal se vestía este sábado de gala para celebrar el 40 aniversario de su reconstrucción en una jornada de reencuentros, emociones y sobre todo muchos recuerdos. Durante este tiempo 50.000 alumnos de todo el mundo han contribuido a su reconstrucción, transformación y mejora, ayudando a devolver la vida a este pequeño pueblo del valle de Tena, abandona por la construcción del pantano.

Todo esto gracias al Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados, que comienza en 1984 junto a otros dos pueblos, Granadilla (Cáceres) y Umbralejo (Guadalajara). De esta manera arrancaba un proyecto educativo complementario a la enseñanza en las aulas, que permite a los jóvenes vivir una experiencia totalmente diferente: la de recuperar y mantener un pueblo, además de disfrutar, respetar el medio ambiente y apreciar y poner en valor la vida de antaño.

Algunos de esos estudiantes participaban en el aniversario, como es el caso del famoso ilusionista Jorge Luengo, que regresó veinte años después para presentar y animar la celebración de manera desinteresada. Otra antigua alumna es Elena Rábano, de Madrid, que aseguró que su paso por este programa, durante tres años, «fue una experiencia espectacular que me marcó la vida». Destacó igualmente «toda la gente que se conoce» y que al final «formamos una familia».

Asistentes

No faltó a la cita la directora provincial de educación de Huesca, Mónica Martínez, que señaló que «lejos de hacer que Búbal cayera en el olvido, se convirtió en un gran espacio educativo al aire libre por el que han pasado más de 50.000 jóvenes». Ni la jefa de servicio de actividades de alumnado del Ministerio de Educación, Alba Sisteró, que recordó que los participantes han convivido y aprendido a respetar los pequeños pueblos y su entorno natural, y que además «viven en una realidad diferente a la que están acostumbrados».

El acto contó igualmente con la presencia de todas las jefas de servicio de actividades del Ministerio de Educación, con José Velasco, coordinador del PRUEPA en el Organismo Autónomo de Parques Nacionales (Miteco), el presidente de la Comarca Alto Gállego Primitivo Grasa y las vicepresidentas comarcales Nuria Pargada y Esperanza López. Y Alberto Pardo de la Vera, asesor del programa de pueblos abandonados en sus comienzos, repasó la historia de Búbal de los últimos 40 años. Insistió en explicar en que se tuvo muy en cuenta el respeto de la memoria de los núcleos abandonados, por lo que no sólo se planteó reconstruir. En 1988 «todavía era muy difícil acceder a Búbal» y por aquel entonces «el entorno nos salvó, porque esos primeros años no había nada, había que partir de cero». A partir de 1989 el programa sufrió «un empuje» importante, porque la recuperación avanzó. Y en 1991 llegó el inicio de la consolidación.

Actividades

La jornada se completó con visitas guiadas, exposición de fotografías antiguas y música en la plaza ambientando el vermú. Por la tarde, la sintonía musical la puso el cantautor Antonio Escarpa, coordinador de Búbal en 1016 y 2018 que ofreció el concierto  ‘Pueblos mágicos’, con el estreno de dos canciones sobre Búbal y Susín.

Pero lo que más destacó fueron los testimonios de los antiguos alumnos, que compartieron cómo Búbal ha marcado sus vidas. Y la emoción de las organizadoras de este acto de celebración, las educadoras Montse Bordetas y Nuria Fortuño y la actual coordinadora de PRUEPA Búbal Ana Puzo. «Estamos muy contentas porque hemos visto mucha gente que sin pedirlo ha venido, llegados de diferentes partes de España», aseguraban.

El pueblo

Búbal cuenta con cinco casas: Tiburcio, Fanlo, Ainés, Mateo y Agut. Los jóvenes, que suelen ser 50 en total, se dividen en grupos y cada uno toma el nombre de una de las casas. Así se diseña el horario con los trabajos que cada día debe realizar cada uno. En el pueblo también hay un horno (el original), cuadras, invernadero, una sala de juegos, biblioteca, un comedor con capacidad para 60 personas y 6 dormitorios repartidos en tres casas. Y en cuanto a los animales, en la actualidad hay ovejas de la raza Churra Tensina, gallinas, un gallo y conejos. Pero llegó a haber burros y también cerdos.

Cuentan con una sala de ciencias naturales, con herbarios, nidos o avisperos, y donde hay un registro de temperaturas y precipitaciones desde 1990 hasta 2014. Hay un telar, sin uso porque no hay nadie que se haga cargo, al igual que el taller de cerámica, que también está cerrado.

El museo es otro lugar muy destacado de Búbal. Recoge toda la historia, las tradiciones ganaderas, agrícolas, musicales, trajes de época, se puede observar un dormitorio antiguo y una gran maqueta del valle de Tena realizada por escolares. Alberga una escuela de los años 50, con sus pupitres, pizarra y libros.

El programa

PRUEPA Búbal, junto a Granadilla y Umbralejo, está coordinado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional. En 1984 también forman parte de este proyecto los Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación, y Obras Públicas y Urbanismo. Estos dos últimos abandonan el proyecto de Búbal en 2013 y 2012 respectivamente (algo que no ocurre en los otros dos pueblos). Desde 2011 el Gobierno de Aragón tiene la titularidad de los bienes inmuebles de Búbal, excepto un terreno de la Confederación Hidrográfica del Ebro.

Los centros educativos son seleccionados mediante una convocatoria pública del ministerio, para la que presentan un proyecto. Siempre hay más demanda que concesiones, y llegan dos grupos de 25 alumnos (uno de cada instituto), y dos profesores. En Búbal pasan una semana, en periodos de primavera o en otoño, ya que en verano hay otra convocatoria, también del ministerio de Educación. A esto se suma ‘Entorno Aragón’, del Gobierno de Aragón, en la que se pueden hacer visitas de día. Hoy domingo ha llegado el primer grupo de 50 jóvenes de este verano.

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