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El grupo Folklórico Alto Aragón recupera un traje de danzante de finales del siglo XIX

El Museo Diocesano de Jaca expone desde hoy hasta finales de agosto una nueva joya: un traje de danzante que dataría de finales del siglo XIX. El grupo Folklórico Alto Aragón ha rescatado uno de los seis trajes que custodiaba la Catedral de Jaca y gracias a los cuales pudieron replicar los que utilizan los bailadores desde el 25 de junio de 1979, fecha en la que volvieron a salir a la calle con el dance de Santa Orosia.

Este traje original se sitúa en la sala de la torreta del Museo Diocesano de Jaca, en la que desde 2016 se exponen todas las joyas que se encontraron dentro de la urna relicario de Santa Orosia, junto al chiflo y salterio que también se pueden observar en el mismo lugar. No falta la música, que junto a las joyas, constituyen el culto a la patrona de Jaca. La exposición del traje forma parte de los 400 años de historia de los bailadores, que el grupo Folklórico Alto Aragón está celebrando este año. 

Artículo de Juan Francisco Aznárez

La historia empezaría sobre el año 1978, «cuando leemos un articulo que escribe el canónigo archivero Juan Francisco Aznárez, ansotano y apasionado de la historia de Jaca, de las tradiciones y de lo que gira en torno a Santa Orosia», explica Fernando Estallo, presidente del grupo. En ese articulo hablaba de unos dances que se habían ejecutado en Jaca en honor a Santa Orosia, con unos trajes blancos, que se hacían con castañuelas. Y ahí empieza la inquietud del grupo Folklórico Alto Aragón «por saber algo más».

Se pusieron en contacto con Aznárez y «tenemos la fortuna de que nos enseña unos trajes que se guardaban aquí en dependencias de la Catedral, en unos cajones». Los vieron, hicieron fotos, miraron detalles y se dieron cuenta de que había que reproducirlos, por lo que así lo hicieron. Al mismo tiempo trabajaron el tema de las músicas y los bailes, y fue el 25 de junio de 1979 cuando nuevamente los bailadores de Santa Orosia, con el dance de Santa Orosia, salen a la calle, con 9 trajes que se habían reproducido fielmente a los que estaban en la Catedral.

Estallo reconoce que ese hallazgo «fue una suerte», ya que había fotos antiguas en blanco y negro, «pero no se podían apreciar los tejidos, los detalles o los colores». La historia se repite y este año cumpliendo los 400 años de historia de los bailadores «nuevamente hace unos meses vinimos por la Catedral para ver los trajes, y Jesús Lizalde nos los volvió a enseñar», añade el presidente. Ahora se están elaborando nuevos trajes, para reponer el vestuario, y el día de Santa Orosia, el 25 de junio, se podrán observar. 

Recuperación de las tradiciones

Belén Luque, directora del Museo Diocesano reconocía que «estamos muy ilusionados, no sólo porque gracias al grupo Folklórico Alto Aragón se ha rescatado este traje que custodiaba la Catedral de Jaca y se ha puesto en valor, sino por lo que en sí representa este traje: la pasión por la investigación y el amor por rescatar las tradiciones, y que siempre ha sido la seña de identidad que ha caracterizado al grupo Alto Aragón».

La colocación de este traje de bailador responde a la colaboración permanente que desde el Museo hacen con las asociaciones del entorno, «que llevan años trabajando por recuperar la memoria de nuestras tradiciones, la memoria material e inmaterial«. En este caso concreto, la relación viene de 2019, cuando en febrero se inauguró la exposición de retratos de la pintora Esperanza Altuzarra y que había utilizado como modelos para sus retratos a varios miembros del grupo Alto Aragón.

En junio de 2019 el grupo hizo una donación de una replica del chiflo de Jaca y que había estado usando hasta los años 80, «y que a pesar de ser una pieza pequeña entrañaba en si misma la importancia de rescatar la memoria de los tañedores de Santa Orosia, del chiflo y el salterio y la música vinculada a nuestra patrona». Y ahora con la exposición de este traje de bailador «supone un paso más en la recuperación de nuestras tradiciones», añade la directora del Museo Diocesano.

El traje

Los bailadores de Santa Orosia van vestidos de blanco. En 1979, fecha de la última recuperación de estos bailes llevaba a cabo por el Grupo Folklórico Alto Aragón, se realizaron nuevos trajes siguiendo estos viejos modelos que se amplían con otros complementos de los que se tenían escasas noticias. De hecho, los trajes que se guardan constan de chaqueta y calzón. El resto de complementos del maniquí que se expone en el Museo Diocesano se han añadido.

Los trajes están formados por chaqueta, calzón, marinetas, medias, ligas, alpargatas, fajas, mantón (terciado al pecho), pañuelo de cabeza (anudado a la manera de los del traje tradicional), bonete montañés (sombrero de paja forrado de tela roja sobre la que van colocados un sinfín de lazadas multicolor que lo recubren por completo. Entre ellas van situadas pequeñas joyas y espejos que adornan el conjunto), clavel en la boca y castañuelas.

Los Bailadores de Santa Orosia sólo aparecen en tres momentos del año: el domingo de Trinidad, que participan junto al paloteao en el acto de recepción de los romeros de Jaca que han participado en la romería de la mañana en Yebra de Basa; el día de San Juan (24 de junio), víspera de Santa Orosia, que toman parte de la pequeña procesión que se forma desde la iglesia de las Benedictinas hasta la Catedral; y en la procesión de Santa Orosia, el 25 de junio.

400 aniversario

El concejo de Jaca aprueba en 1623 pagar 40 reales a unos mancebos para realizar sus bailes rituales durante los cultos festivos en honor a su patrona Santa Orosia. Eran bailes de castañuelas interpretados por ocho bailadores, con cascabillos en sus trajes. Esta es la primera referencia documentada de la existencia de los Danzantes de Jaca, cuya historia prosigue durante los 400 siguientes años que se cumplen en este 2023. Por ello, el Grupo Folklórico Alto Aragón con objetivos divulgativos, de fortalecer la tradición y engrandecer los ritos “Orosianos” han elaborado un amplio programa para conmemorar este cuarto centenario de los Bailadores  de Santa Orosia.

Este dance tuvo una cierta decadencia en 1922, cuando el ayuntamiento jaqués y la cofradía de Santa Orosia deciden suprimir los antiguos bailes de castañuelas que ya no tenían el esplendor de antaño y formar un dance de palos, más atractivo y que tenía en Yebra de Basa un ejemplo a imitar. Pero los bailes de castañuelas no desaparecieron, quedaron en suspenso. Y el Grupo Folklórico Alto Aragón se propuso, desde su creación en 1975, recuperar y difundir elementos del folclore que habían caído en el olvido.

En esa línea de trabajo comenzaron a interesarse por un dance de castañuelas que había existido en Jaca. El resultado fue que el 25 de junio de 1979 los bailadores de Santa Orosia volvían a acompañar a la patrona de Jaca. La capital jacetana “puede presumir de contar con dos dances vivos y distintos –de castañuelas y de palos- que conviven en perfecta armonía y pujanza. Dos dances que seguro han contribuido a que el conjunto de romerías, ritos y tradiciones que giran en torno a Santa Orosia haya sido declarado Bien de Interés Cultural”, señala Fernando Estallo.

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