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Las monjas Benedictinas se despiden de Jaca en una emotiva eucaristía

“En esta tierra nos hemos sentido queridas. Aquí hemos encontrado una familia, hermanos y hermanas que nos han hecho sentir que no estábamos solas y que éramos parte viva de esta ciudad”, ha dicho la madre abadesa.

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Jaca ha vivido este sábado un día triste, al despedirse de las monjas del Real Monasterio de Santa Cruz de la Serós de Jaca, más conocido como el Monasterio de las Benitas. Tras cinco siglos viviendo en la ciudad, dicen adiós, muy agradecidas y con un inmenso afecto. La iglesia del Monasterio se ha quedado pequeña, con la asistencia de muchísimas personas que posteriormente han podido despedirse en persona de las monjas. La celebración ha estado presidida por el Administrador Apostólico de la Diócesis de Jaca, Vicente Jiménez Zamora, y ha contado también con la presencia Abad del Monasterio de Leyre y sus monjes, el vicario general de la diócesis de Jaca, otros sacerdotes, y los romeros de Santa Orosia.

Las siete monjas que en la actualidad forma la comunidad, la mayoría de avanzada edad y con problemas de salud, tomaban la “difícil decisión” de trasladar su residencia a otro monasterio benedictino en Alba de Tormes (Salamanca). Y ahora, tras cinco siglos de vida en Jaca, se han despedido “con todo nuestro afecto, gratitud y cariño”, sintiéndose profundamente agradecidas, tal y como ha asegurado la madre abadesa Teresa Ibáñez.

Parte de la ciudad

“En esta tierra nos hemos sentido queridas. Aquí hemos encontrado una  familia, hermanos y hermanas que nos han hecho sentir que no estábamos solas y que éramos parte viva de esta ciudad”, añadía la madre abadesa. Por eso, aunque el camino de la vida “nos lleva ahora a otro lugar, una parte  de nuestro corazón quedará aquí, en este lugar que nos adoptó como hijas y que hoy despedimos  con gratitud y afecto”.

Igualmente han agradecido “los innumerables mensajes y llamadas que hemos recibido en los últimos días”, que les han “emocionado” y han hecho sentir “muy acompañadas”.  Y es que a lo largo de los años las monjas del Monasterio de las Benitas han compartido con los jaqueses muchas viviencias, como el colegio, el internado, la hospedería de verano o el trabajo en el taller de encuadernación, entre otros. Pero, más allá de las actividades concretas, “todos estos momentos han creado vínculos profundos con las personas y con la ciudad de Jaca», recordaban.

Misa especial

El Administrador Apostólico de la Diócesis de Jaca ha destacado el “carácter singular” de la eucaristía celebrada, en homenaje y agradecimiento a las monjas Benedictinas, que “se despiden con gratitud, dolor y amor”. Toda la diócesis de Jaca, presidida por Vicente Jiménez Zamora, “os damos de corazón las gracias y os rendimos cálido homenaje, reconocimiento público y gratitud sincera”. Porque “hoy se cierra la última página que comenzó a escribirse en 1555”.

La eucaristía ha contado con la asistencia de corporación municipal, encabezada por el alcalde de Jaca, Carlos Serrano, que ha entregado a la madre abadesa una talla de Santa Orosia creada por el artista local Pedro Larraz, y con una inscripción: ‘Santa Orosia es testigo: Jaca, profundamente agradecida, os llevará eternamente en el corazón’.

“Hoy es un día doble de tristeza”, ha comenzado a decir el alcalde, porque “enterramos al Papa Francisco y despedimos más de cinco siglos de historia, de acompañamiento, de convivencia y de recuerdos que nos llevan hasta nuestra niñez, a los que hemos mantenido momentos entrañables en el colegio”. Una labor docente “que ha trascendido a todo el pueblo de Jaca”. Serrano se ha comprometido a “hacer todos los esfuerzos” desde el Ayuntamiento de Jaca “para que todo este legado no se pierda”. Y ha asegurado que desde la corporación municipal “sentimos profunda tristeza”, pero van a ser los “preservadores y precursores” de dicho legado.

Reflexión

La decisión de la marcha de las monjas del Monasterio de las Benitas se ha tomado después de una larga reflexión. Todo empezó hace dos años, cuando intentaron que otra comunidad fuera a vivir al Monasterio jaqués. No fue posible, y tras muchos meses buscando una solución, entienden que esta es «la única manera de lograr un entorno propicio para continuar con nuestra vida monástica siempre fieles al carisma benedictino».

El Real Monasterio de las Benedictinas, conocido popularmente como ‘Las Benitas’, se fundó en julio de 1555, cuando las monjas del monasterio de Santa Cruz de la Serós se trasladaron a Jaca, a instancias del rey Felipe II. Durante siglos, el monasterio fue el atento vigía de la puerta de San Ginés de la muralla medieval de Jaca.


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