«Nunca tendré una fotografía favorita, sería mi estancamiento en la evolución como fotógrafo»
Yhabril Moro descubrió su pasión por la fotografía hace unos 10 años y a partir del 2016 ha llevado esta disciplina a otro nivel. Su talento le ha traído numerosos premios y reconocimientos y una gran comunidad de seguidores en el entorno online. Adora las montañas y la nieve. Durante el invierno es profesor de snowboard y lo que más le gusta fotografiar son los deportes, paisajes de montaña, fauna salvaje y su gran pasión: la fusión entre la luna y los deportes de acción.
Se considera un ser complicado, «haría falta un manual de instrucciones para entenderme bien», explica. Como fotógrafo aclara que es apasionado y trabajador, «con muchas ganas de seguir indagando, creciendo y aprendiendo en este mundo tan fascinante». Su nombre real es Gonzalo Bartolomé, nació en Bilbao, pero desde hace muchos años se traslada al Valle de Aragón todos los inviernos.
¿Quién ha sido primero, el fotógrafo o el snowboarder?
Primero fue el snowboarder. Llevo enganchado al snowboard y a la montaña unos 30 años y la fotografía la empecé a descubrir hace tan solo unos 10 años. Los primeros cinco fueron de aprendizaje desde cero y a partir de ahí se puede decir que empecé a recibir reconocimientos y a tomármelo más en serio.
¿Qué te ha llevado hacia el snow y qué hacia la fotografía?
Curiosamente hacia el snow me llevó el esquí. Yo venía al Valle del Aragón de niño a esquiar con el colegio y cada vez sentía que era un lugar que me atraía de una manera especial. Un día, ya de adolescente, me alquilé una tabla de snowboard y estuve todo el día en el Tele Roca de Candanchú. Desde ese día no me he quitado la tabla de los pies. Más adelante, empecé a hacer temporada con mis amigos pero sentía que quería formar parte de este mundo de manera profesional. Entonces fue cuando me saqué la titulación de profesor de snowboard y me asenté en el valle cada invierno.
En cuanto a la fotografía, fue algo que entró en mi vida de repente y en lo que me impliqué al 100% desde el primer momento. Todo empezó cuando creé mi cuenta de Instagram (Yhabril). Ahora acaba de hacer 10 años. Me empecé a picar con las menciones y los concursos haciendo fotos con el móvil. Y al poco, un gran amigo mío (Patrik Romaña), me insistió en que me quedase una temporada su cámara. Él decía que yo tenía talento y que necesitaba una cámara. La verdad es que hoy en día echo la vista atrás y digo que este amigo tuvo una fe tremenda (se ríe). Miro las fotos que hacía yo con el móvil y no veo el talento por ningún lado. Utilicé su cámara para aprender, y después la de mi suegro. Pasaron cuatro años, me compré mi propia Réflex y ahí empecé a vivir el sueño en el que a día de hoy sigo inmerso.
«La fotografía entró en mi vida de repente y me impliqué al 100% desde el primer momento»
¿Cómo defines tu trabajo?
Esta es una pregunta complicada. Me gustaría trasladársela a toda la gente que lo sigue, entonces tendríamos la respuesta. Desde mi perspectiva te puedo decir lo que me gustaría que dijese la gente de mi trabajo, y lo que más me gustaría es que digan que mi trabajo es diferente. En esta era digital que nos ha tocado vivir, en la que todo el mundo tiene un cámara y se hace un perfil en redes sociales con su nombre con la coletilla ‘Photography’ es muy difícil destacar. Yo siempre he dicho que el mayor piropo que puede recibir un fotógrafo es algo así como : “El otro día vi una foto en internet y supe que era tuya». Es entonces cuando te puedes sentir orgulloso porque eso significa que has conseguido desarrollar un estilo único y personal que destaca entre muchos perfiles que, por mucha calidad que tengan, están cortados por el mismo patrón.
¿Qué hace que una foto sea diferente?
Básicamente una foto es diferente cuando no se ha visto antes, cosa que hoy en día es casi imposible, o cuando el autor ha conseguido darle ese punto diferente que hace que la foto lleve su firma, ya sea en composición, encuadre, técnica fotográfica o edición. Es brutal ver los diferentes planteamientos de un mismo momento y las diferentes maneras de tratar un momento en postproducción. Para mí estas son las cosas que marcan la diferencia. Y esto va un poco unido a la pregunta anterior. Lo que veo últimamente es que la gente se apunta a cursos de fotografía convirtiéndose en muchos casos en un clon de la persona que lo imparte, olvidándose de desarrollar su propio estilo y su manera de captar los momentos. Y eso creo que es un gran error y muchas veces un desperdicio de talento.
¿Impartes cursos, charlas, talleres? Si alguien quiere aprender de ti, ¿cómo lo puede hacer?
Yo personalmente no acabo de ver claro lo de realizar workshops o impartir clases, aún sabiendo que es una fuente de ingresos que está en auge y que es algo que sirve de mucho desde un punto de vista formativo. Pero por otro lado hay cosas que me echan para atrás. Para mí una de las bases más importantes de la fotografía es la creatividad y eso lo debe desarrollar cada individuo sin influencias externas, ni siquiera la de la persona de la que está aprendiendo, es simplemente mi manera de verlo.
Lo que sí que me encanta hacer y que creo que también es muy formativo es dar charlas en las que hablo de mi trabajo y cómo lo hago. Es una hora o dos en las que los asistentes se hacen una idea de cómo trabajo, pero luego son ellos los que tienen que ir e intentar encontrar su estilo. Suelen ser charlas amenas en las que hablo de todo y proyecto videos en los que se ve mi manera de funcionar y unas cuantas fotos representativas de mi trabajo que analizo a fondo para los asistentes. Todo esto lo anuncio en mis canales con fechas y lugares en los que daré las próximas charlas, que suelen ser para Ayuntamientos, Clubes, Asociaciones o Festivales de Fotografía y/o Montaña, o incluso para particulares .
«Una foto es diferente cuando no se ha visto antes, cosa que hoy en día es casi imposible»
¿Cuál es tu fotografía favorita?
No tengo una fotografía favorita y nunca la tendré, porque eso sería mi estancamiento en la evolución como persona y cómo fotógrafo. La vida sigue y siempre hay que aspirar a seguir creciendo y a seguir mejorando. Tengo fotografías que sé que van a perdurar en mi retina para toda la vida, pero cuál es mi favorita lo podré decir un segundo antes de mi último suspiro, hasta entonces seguiré intentando mejorar.
¿Tus ideas surgen naturalmente o son el resultado de mucho estudio?
Ambas cosas. En la montaña, en el día a día, se pueden hacer cosas muy guapas y sacar material de calidad. Y por otro lado, mi mente nunca deja de funcionar. Me despierto por las noches con alguna idea que me está rondando y medio en sueños, le voy dando forma. Quién sabe, tal vez sea mi próxima imagen soñada. Para ese tipo de fotos la planificación es clave, invierto muchísimas horas en el monte buscando localizaciones, estudiando la incidencia de la luz, la luna… Muchas veces para no encontrar lo que quiero, pero eso es parte de este juego. Si fuese fácil todo el mundo lo haría. La fotografía en la naturaleza no es una ciencia exacta ni mucho menos, quien crea que va a conseguir la foto a la primera, está muy equivocado. Detrás de algunas de mis fotos hay muchísimas horas y mucho esfuerzo tanto físico como mental.
¿Tienes alguna instantánea en mente que no ha salido por mucho que lo has intentado?
Las fotografías que tengo en mente y dependen de personas las suelo conseguir, con más o menos trabajo, pero al final suelen salir. Las que requieren de más paciencia, intentos fallidos y tiempo, son las que dependen de la naturaleza, ya sea la luna, el sol, el cielo o la fauna salvaje. Si entran en juego esas variantes todo cambia. Tú como fotógrafo puedes hacer todo lo que esté en tu mano pero si la naturaleza no quiere, entonces no tienes nada que hacer. La naturaleza es capaz de poner a prueba la paciencia de cualquiera, incluso la mía que es algo de lo que puedo presumir (se ríe).
¿Tu trabajo se ha visto afectado por la pandemia?
Si, se ha visto afectado en el sentido de que estoy haciendo cosas que en los últimos años no había hecho por estar todos los días en la alta montaña. Este año estoy más asentado en Villanúa y haciendo más fotografía de media montaña y de especies salvajes en general y los Quebrantahuesos en particular, que siempre han despertado en mí un interés especial. Pero no he tenido el tiempo para dedicarme a ellos y conseguir documentar la belleza y embrujo de estas aves . Este año sin embargo estoy muy centrado en este tema y lo estoy disfrutando muchísimo. En el tema económico también me ha afectado, igual que a todo el mundo, porque tanto las marcas con las que trabajo como los particulares que compran mis fotos o mi ropa de una manera u otra se han visto afectados también.
¿En qué proyectos estas involucrado ahora y cuáles son tus planes de futuro?
Ahora mismo estoy involucrado en crear contenido para fomentar el turismo en el pueblo en el que estoy felizmente establecido, Villanúa, y es un proyecto que me motiva muchísimo porque creo que las cosas se están haciendo muy bien desde el ayuntamiento y también me motiva el hecho de pensar que puedo aportar mucho.
Este proyecto se suma a todos los que vengo haciendo en los últimos años y que quiero seguir alimentando, fotografía de deportes y paisaje de montaña, fotografía de fauna salvaje, que es algo que cada vez me llama más, fotografía fusionando la luna con deportes de acción, algo que me apasiona y que seguiré haciendo siempre. Y el proyecto más grande que me ha brindado la vida, que es ver crecer y transmitir mis pasiones y mis valores a mi hija Sare.
¿Se pueden comprar tus fotos? ¿Cómo?
Si, claro. Todas mis fotos están a la venta en todos los formatos y en todos los tamaños y también hago sudaderas y camisetas con mis fotos. Todo se puede adquirir poniéndose en contacto conmigo, a través de mis redes sociales o mi página web.